Por Daniel Camargo *
El contexto actual se caracteriza por una nueva interacción entre el avance tecnológico digital y el ser humano, lo que modifica sustancialmente la matriz productiva a nivel industrial y el funcionamiento de las administraciones públicas. Los cambios tecnológicos han desarrollado un nuevo entorno industrial, impulsados por la gran cantidad de información (datos) disponible y el vertiginoso desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas a diversos procesos productivos y administrativos. Este avance tecnológico ha tenido un impacto estructural en el funcionamiento de los Estados, donde las administraciones públicas requieren el uso de plataformas tecnológicas (infraestructura crítica digital) para el procesamiento de datos y la gestión del aparato estatal. Los sistemas estratégicos de defensa y seguridad también dependen de estas infraestructuras digitales críticas. El revolucionario ecosistema digital integra tecnologías como la inteligencia artificial (IA), la robótica, el Internet de las Cosas (IoT), la realidad virtual y los avances en software de gestión.
Según Velazco (2021), la COVID-19 ha llevado a las empresas a superar un punto de inflexión tecnológico, transformando los negocios para siempre. La adopción digital ha dado un salto cualitativo tanto a nivel organizacional como industrial a nivel global. La investigación de McKinsey & Company (2020) ofrece datos relevantes sobre el proceso de aceleración de la digitalización en empresas e industrias. Esta consultora estima que la IA podría tener un impacto económico de entre 17 y 25 billones de dólares, con la IA generativa contribuyendo con 6 a 8 billones. Esta cifra es comparable al PIB de la Unión Europea, subrayando el potencial de la IA como una fuerza económica transformadora sin precedentes.
La irrupción de la digitalización ha redefinido profundamente la estructura socioeconómica contemporánea, provocando cambios significativos a nivel global. Entre los temas vinculados a estos cambios se encuentran la ciberseguridad, la extracción masiva de datos, la violación de datos personales, la precarización laboral, las brechas digitales, la dependencia de infraestructuras críticas digitales, la manipulación electoral por desinformación, el espionaje masivo, la desinformación y la violación de derechos humanos a través de plataformas digitales.
Para la Unión Europea (UE), estos riesgos se articulan en torno a la complejidad de regular la inteligencia artificial (IA) y proteger los datos personales, garantizando el manejo soberano de esta información. Otro factor crítico es la creciente dependencia de las administraciones públicas de los servicios de infraestructura crítica digital, donde las grandes empresas tecnológicas representan un riesgo para la salvaguarda de la información de los ciudadanos europeos debido a la complejidad de aplicar los diferentes sistemas legales de protección de datos personales. Las empresas extranjeras se rigen por sus propios sistemas jurídicos de protección y manejo de información, lo que significa que los datos a menudo terminan en infraestructuras fuera de la jurisdicción europea. En particular, existe preocupación por las leyes chinas relacionadas con la ciberseguridad y la inteligencia nacional. Esta dependencia de las infraestructuras de las plataformas digitales genera incertidumbre sobre el cumplimiento de importantes normas y reglas de la UE por parte de los proveedores de servicios en la nube, especialmente en materia de protección de datos (Comisión Europea, 2020).
La UE ha tomado medidas decisivas para mitigar estos riesgos mediante el desarrollo y establecimiento de un marco regulatorio, destacándose a nivel global con el proyecto de Ley sobre Inteligencia Artificial, que se aplicará a partir de 2026, y la Ley General de Protección de Datos (GDPR), implementada en 2018 (Consejo de la Unión Europea, 2023). La UE no solo regula la IA para sus veintisiete miembros, sino que también busca posicionarse como líder en innovación y desarrollo tecnológico a nivel global. Este marco regulatorio conlleva desafíos para las empresas europeas, que deben desarrollarse en un entorno de mayor regulación y posibles costos adicionales. El trabajo para Europa gira en torno a encontrar el equilibrio entre fomentar la innovación y gestionar los beneficios que el empleo de estas tecnologías comporta en distintas ramas de la economía y sectores industriales, al mismo tiempo que se promueve el desarrollo de una industria de IA que trabaje con los valores éticos del grupo comunitario, permitiendo a la región no solo competir sino liderar en la era de la tecnología de la información y comunicación.
El reglamento general de protección de datos
La Ley General de Protección de Datos (GDPR) establece directrices estrictas sobre la recolección, uso, gestión y almacenamiento de los datos personales de los ciudadanos europeos, obligando a empresas de todo el mundo a adoptar prácticas de privacidad y seguridad de datos más rigurosas. Las normas de la UE sobre protección de datos son las más estrictas del mundo. En la UE, la protección de los datos personales es considerada un derecho fundamental (Consejo Europeo). Este reglamento ha redefinido la manera en que la privacidad de datos es tratada globalmente, sirviendo de modelo para legislaciones similares en otras jurisdicciones alrededor del mundo. Contar con una legislación uniforme y actualizada sobre protección de datos es esencial para garantizar el derecho fundamental de las personas a la protección de sus datos personales, posibilitar el desarrollo de la economía y el entorno digital, y reforzar la región contra ciberamenazas y campañas masivas de desinformación. El paquete de medidas sobre protección de datos, adoptado en mayo de 2016, busca preparar a Europa para la era digital. Más del 90% de los europeos desean tener el mismo derecho a la protección de sus datos en toda la UE, independientemente del lugar donde se realice su tratamiento (Comisión Europea, 2016).
La normativa europea y el reto de la IA generativa
La UE ha aprobado el desarrollo de una Ley sobre Inteligencia Artificial (Comisión Europea, 2024), que entrará en vigor en 2026. Esta ley está diseñada para establecer regulaciones que garanticen la seguridad y transparencia de las tecnologías de IA generativas. La cosmovisión que sustenta la ley parte de una lógica donde es fundamental impulsar la innovación en tecnologías de IA y minimizar los riesgos asociados con estas poderosas herramientas. La ley se centra en las siguientes prohibiciones:
➢ La prohibición de la vigilancia biométrica en espacios públicos.
➢ El reconocimiento de emociones a través de algoritmos
➢ La vigilancia predictiva para identificar actividades delictivas, salvo orden judicial.
Europa se encuentra en un momento decisivo, y su enfoque hacia un marco regulatorio que equilibre la innovación con la seguridad es indiscutible. El grupo comunitario debe permitir la flexibilidad necesaria para fomentar el crecimiento tecnológico y la competitividad a nivel global. La AI Act busca equilibrar la seguridad del usuario y la innovación, respetando y protegiendo los derechos fundamentales y promoviendo los valores europeos.
Insuficiencia critica digital infraestructura crítica digital
El acelerado proceso de digitalización ha generado una creciente dependencia de la UE en los servicios de computación en la nube, proporcionados principalmente por empresas extranjeras como Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure y Google Cloud. Esta dependencia plantea dificultades sobre la soberanía digital y la seguridad de los datos, especialmente para la administración pública y las instituciones de la UE. La capacidad de estas corporaciones para influir en la infraestructura digital de Europa y la exposición a amenazas cibernéticas destacan la necesidad de desarrollar una estrategia integral para gestionar y mitigar esta dependencia. El alto grado de poder de mercado derivado de la "ventaja en materia de datos" puede permitir a los grandes operadores fijar las normas sobre la plataforma e imponer unilateralmente las condiciones de acceso y uso de los datos, o incluso valerse de dicha ventaja para desarrollar nuevos servicios y expandirse hacia nuevos mercados (Comisión Europea, 2020). Esta dependencia de infraestructura crítica representa una desventaja estratégica significativa en relación con Estados Unidos y China en la carrera por la innovación y el desarrollo de la tecnología digital. Este escenario simboliza la disparidad en el desarrollo tecnológico, donde la mayoría de los países dependen del uso de plataformas e infraestructuras críticas digitales ofrecidas por empresas extranjeras.
Estrategia digital europea
La UE es altamente dependiente de la importación de minerales críticos, ya que carece de fuentes significativas de muchos de estos recursos en su territorio. Esta dependencia expone a la UE a riesgos en términos de seguridad de suministro, especialmente considerando la concentración de la producción mundial de minerales críticos en un número limitado de países, algunos de los cuales viven profundas catástrofes ambientales , profundas crisis sociales y los embates del capitalismo extravista. Un ejemplo de ello es la República Democrática del Congo, en donde existe una gigantesca extracción de minerales críticos .
Para abordar esta dependencia, la UE ha estado trabajando en estrategias para diversificar sus fuentes de suministro y promover una extracción más sostenible de minerales críticos dentro de su territorio y en países socios. Esto incluye iniciativas para fomentar la exploración y extracción responsable de minerales críticos en Europa, así como el establecimiento de relaciones comerciales basadas en el respeto a los derechos humanos y normas ambientales en los países proveedores (Consejo Europeo, Consejo de la Unión Europea, 2024). Es necesario resaltar la iniciativa legislativa, teniendo en cuenta el escenario geopolítico respecto a la criticidad de los minerales. En la disputa tecnológica no existe un marco regulatorio que contemple el cuidado ambiental y el respeto por los derechos humanos.
En cuanto a la transición energética, la UE ha establecido objetivos ambiciosos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la proporción de energías renovables en su matriz energética. Sin embargo, esta transición también conlleva un aumento en la demanda de minerales críticos, especialmente para la fabricación de tecnologías como paneles solares, turbinas eólicas y baterías de almacenamiento. Autores como Valero, Calvo y Valero (2024) subrayan la insuficiente cantidad de estos minerales críticos en medio de la transición energética para garantizar un suministro seguro y sostenible de recursos críticos, lo cual representa un problema para en cuanto a la digitalización y el futuro de una economía electrificada .
Reflexión Final
La Unión Europea a nivel global sobresale por el desarrollo de un marco regulatorio en cuanto al desarrollo de la inteligencia artificial, la protección de datos personales y el cuidado medioambiental en cuanto a la extracción de minerales críticos. Pero su estructural dependencia a infraestructuras críticas digitales que ofrecen grandes empresas tecnológicas expone los enormes riesgos en cuanto a la soberanía y gobernabilidad en el entorno digital.
En medio de la innovación y la regulación tecnológica que definen el ámbito de desarrollo de la cuarta revolución industrial cabe preguntarse, ¿cuál es el papel y cuál será el futuro de aquellos países y millones de seres humanos que están destinados a consumir estas potentes y fascinantes tecnologías?,¿cuál será el destino de aquellos territorios y comunidades en donde se encuentran los valiosos elementos naturales que alimentan la industria digital?,¿cuál será el impacto de la IA generativa en aquellas naciones del sur global que apuesten por la innovación y no por la regulación?, ¿si la Unión Europea tiene una dependencia estructural a los servicios que ofrecen los gigantes tecnológicos, como opera esta dependencia a nivel global?.
* Licenciado en Ciencia Política (UBA). Su campo de investigación es la tecnología y el orden internacional.
Bibliografía
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➢ Valero, A., Calvo, G., & Valero, A. (2024). Thanatia. Límites minerales de la transición energética. Papeles de Relaciones Ecosociales y Cambio Global, 2021-2022. Recuperado de https://www.fuhem.es/wp-content/uploads/2022/01/PAPELES-156.pdf
➢ Velasco, L. (2021). “Gigantes tecnológicos: por dónde viene la regulación”, en Agenda Pública. Recuperado de https://agendapublica.es/gigantes-tecnologicos-por-donde-viene-la-regulacion/
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