En la reunión del G20 celebrada en Río de Janeiro primó el pragmatismo sobre el hiperideologismo o exceso de ideología de la política exterior del gobierno argentino.
*Por Juan Pablo Demaría Aguilar
¿Cómo evaluar la conducta de la diplomacia argentina en el G20 2024 que se desarrolló en Río de Janeiro, Brasil, los días 18 y 19 de noviembre?
De buenas a primeras, podemos decir que una vez más primó el pragmatismo sobre el hiperideologismo o el abuso o exceso de ideología de la política exterior del gobierno argentino. Cuatro hechos que dan cuenta de ello: se firmó el documento cuando se decía que Milei no firmaría y este insinuaba con no hacerlo. La reunión bilateral con Xi Jinping, jefe de estado de China, para reforzar la relación comercial y económica (inversiones, swap). La reunión con la titular del Fondo Monetario Internacional Kristalina Georgieva -este hecho conecta al primer mandatario argentino con Estados Unidos, socio más importante y poderoso del FMI. La reunión bilateral con Narendra Modi, el jefe de estado de la India, no es menos importante que lo anterior. Desde hace cinco años la India y la Argentina mantienen una relación estratégica y la bilateral fue útil para mostrar públicamente la importancia de esta relación. El acuerdo de Argentina con Brasil para que el primero le exporte gas al segundo.
Con respecto a la firma del documento, el mismo comunica la ratificación del acuerdo de París, el acuerdo por mitigar el cambio climático, la situación política y económica internacional, la inclusión social y la lucha contra el hambre y la pobreza, el desarrollo sostenible y la acción por el clima; la reforma de las instituciones de gobernanza global, el compromiso con el multilateralismo, gravar impuestos a los multimillonarios, la necesidad de paliar la crisis producto del cambio climático que provoca la pérdida de biodiversidad, la desertificación, la degradación de los océanos y los suelos, las sequías y la contaminación, apoyo a la COP 30 (conferencia de las naciones unidas sobre el cambio climático). El gobierno argentino expresó que no lo firmaría, pero lo firmó. Sólo se trató de un amague que no fue más allá de las palabras. No obstante, planteó sus disidencias con respecto a la agenda 2030.
Sobre el encuentro con el jefe de estado de China, vale recordar que el primer mandatario de la Argentina desde que asumió la presidencia de la nación expresó públicamente en reiteradas oportunidades que Argentina no tendría relación con China por tener dicho país un gobierno comunista. Sin embargo, necesitó y sigue necesitando del gigante asiático en materia de economía, comercio, finanzas e infraestructura. La reunión de Milei con Xi durante este G20 fue para reforzar la relación bilateral.
La reunión del jefe de estado de Argentina con la titular del FMI sigue una agenda de relación acreedor FMI/deudor Estado argentino. Como decíamos esto conecta al gobierno argentino con Estados Unidos, el (aún) más poderoso miembro del organismo internacional y también con la China presidida por Xi Jinping que mediante el otorgamiento de swaps a la Argentina el gobierno puede pagar parte de la deuda externa pública a la institución internacional. Habrá que ver qué ocurre cuando asuma la presidencia de Estados Unidos Donald Trump. Cómo se comportará con la Argentina presidida por Milei en materia financiera. Y cómo impactará esto en la relación con China.
Acerca de la relación de Argentina con India, la bilateral entre J. Milei y su par N. Modi fue cordial según fotos publicadas en redes sociales. Por su parte, el primer mandatario de la India destacó públicamente, en su cuenta de la red social X, la estrecha relación de amistad con Argentina. Una asociación estratégica que lleva cinco años. En cuanto a la conversación que mantuvieron la misma versó sobre la mejora de los lazos en materia de energía, producción de defensa, comercio y cultura. Una relación bilateral sigilosa que ya lleva un lustro de vigencia y continúa estrechándose.
Uno de los dos socios más importantes que tiene la Argentina en el escenario mundial es Brasil. El otro es China. Hablando puntualmente de la relación bilateral Argentina – Brasil, en este G20 acordaron la exportación de gas de Argentina a Brasil. Esto puede parecer un triunfo de la diplomacia argentina sobre la brasileña, sin embargo, parece más bien un negocio de exportadores que generarán grandes ganancias mientras el pueblo argentino paga tarifas cada vez más elevadas por el uso del gas. Argentina y Brasil son miembros plenos del G20 desde su creación en 2008 luego del estallido de la crisis financiera. El próximo G20 se realizará en Sudáfrica.
Por último, los intereses internacionales primaron sobre la ideología del gobierno argentino. Los intereses nacionales quedaron desdibujados con un gobierno argentino que declama internacionalmente la defensa de las ideas de la libertad y su lucha contra la agenda 2030. El voto de la Argentina en Naciones Unidas en contra de una resolución en defensa y promoción de derechos indígenas, y contra una resolución para prevenir formas de violencias contra mujeres y niñas. Sin embargo, en este último G20 el primer mandatario argentino se ajustó al realismo y al pragmatismo que requiere la política internacional sin discursos públicos agresivos a viva voz. Una diplomacia rara que esta vez prefirió una suerte de serenidad en su modo de actuar a la verborragia agresiva que dice cosas fuera de lugar. Con el gobierno que tiene la Argentina hay que ver cuánto tiempo dura esta rara conducta diplomática.
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