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Nuevos esquemas dentro de la política uruguaya

Lic. Martín Armendano (1)



Con vistas al balotaje que tendrá lugar el 24 de noviembre de 2019, tanto el Frente Amplio como el Partido Nacional están moviendo las últimas piezas dentro de un juego de ajedrez en donde las piezas blancas estarían por derribar a la reina de la contraparte. A pesar del 39% obtenido por el candidato frenteamplista en las elecciones generales de octubre, los últimos sondeos electorales dan como ganador al candidato blanco Lacalle Pou.


Más allá de cierta afinidad ideológica existente entre los votantes del Partido Blanco, Partido Colorado y Cabildo Abierto, los candidatos de los tres partidos vieron una excelente oportunidad para llevar a la práctica dicha cercanía y terminar con el predominio frenteamplista de los últimos tres períodos. 

De esta forma, se efectuaron reuniones entre los asesores y representantes de los mismos para dar lugar a un documento conjunto denominado “Compromiso por el país”.(2)


Estructurado en trece ejes, dicho escrito plantea los objetivos principales de lo que podría ser el próximo gobierno uruguayo. Los temas van desde crecimiento económico y déficit fiscal hasta educación, salud y medioambiente. Lo destacable del documento es el énfasis puesto en el eje de delincuencia y narcotráfico, dos aspectos que le han traído dolores de cabeza al gobierno de Vázquez en los últimos dos años. Con propuestas como el establecimiento de la emergencia nacional en seguridad pública, una reforma del sistema carcelario y el otorgamiento de mayores facultades a la policía se pretende disminuir las cifras de homicidio que ya en el 2018 arrojaban una tasa de 11 asesinatos cada 100 mil habitantes.


En términos de la política exterior es donde quizás se puede identificar la mayor ruptura en relación con los lineamientos seguidos hasta el día de la fecha. El principal objetivo que deja sentado el documento es la concreción de acuerdos comerciales, principalmente con países del Sur y Sudeste Asiático. Para lograr esto, se aboga por un Mercosur más flexible, que le permita negociar dichos acuerdos de forma rápida y sencilla, lo que implicaría modificar y/o ignorar la decisión n°32/00 del Consejo del Mercado Común. A pesar que desde cancillería se ha criticado en reiteradas ocasiones el “encerramiento” que puede generar esta organización, no se han logrado llevar a la práctica muchos avances en torno a la concreción de grandes acuerdos comerciales.


Complementariamente, se establece la intención de reformar el Servicio Exterior de la Nación para adecuarlo a las realidades y necesidades actuales sobre la consolidación de acuerdos comerciales. Otras medidas a destacar son: el establecimiento de embajadas tecnológicas, la estimulación de la diplomacia cultural y el comercio electrónico, y el aumento de la presencia en foros multilaterales.


Aunque las ideas planteadas no están desarrolladas de forma exhaustiva, se vislumbran algunas acciones específicas en caso de llegar al poder: introducción de una Regla Fiscal de Balance Estructural; crear una Agencia de Monitoreo y Evaluación de Políticas Publicas y un Ministerio de Medio Ambiente; modificar el régimen de Participación Público Privada; reestructurar el ASSE y efectuar reforma curricular en todos los niveles.


Por otra parte, se anuncia una continuidad de políticas estatales en algunos aspectos, como el mantenimiento de militares uruguayos en misiones de paz de la ONU, respeto a la legislación vigente sobre derechos de grupos minoritarios, así como también la preservación de los Consejos de Salarios y el programa Uruguay Trabaja, entre otros.


Efectuado este breve análisis sobre la postura de la oposición en los últimos días de campaña, se pueden identificar dos escenarios posibles ante los resultados de las elecciones del próximo fin de semana. Por un lado, una sorpresiva victoria de Daniel Martínez permitiría un cuarto mandato frenteamplista pero con el desafío de tener que negociar en ambas Cámaras al haber perdido la mayoría parlamentaria. Esta situación abre una serie de interrogantes en torno a un partido que durante casi 15 años se acostumbró a tener que negociar más bien dentro del propio espacio político que en el Congreso Nacional. En el segundo contrario, una victoria blanca auguraría un período de mayores rupturas que continuidades, particularmente en temas como seguridad, narcotráfico, política externa y políticas fiscales. Además, con 56 bancas de 99 en Diputados y 17 de 30 en Senadores, se tendría asegurado un Congreso proactivo. De esta forma, y por fuera de las vicisitudes que puedan surgir entre los tres partidos, el Comunicado expresa una idea de aunar posiciones para los próximos cuatro años.


(1) Licenciado en Relaciones Internacional (USAL).

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