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Gustavo Ng

Fin de la indigencia en China, hito de la Humanidad

POR Gustavo Ng



El presidente de China, Xi Jinping (Fuente: dw.com)



En noviembre de 2020, el Gobierno de la República Popular China anunció al mundo que había alcanzado su objetivo de liberar a su sociedad, alrededor de un quinto de la población mundial, de la pobreza extrema, bajo los parámetros internacionales del Banco Mundial.

Es larga y discutible la lista de sucesos que se presentan como decisivos para la historia de la Humanidad. El folclore historicista indica que el estado actual de los humanos nació con el descubrimiento del fuego, el uso de la rueda y la domesticación de plantas y animales. Por su parte el telégrafo patentado por Alexander Graham Bell ha tenido consecuencias revolucionarias y seguirá teniéndolas, con la proyección desde hoy de la internet de las cosas o la realidad virtual.

Lo mismo podría decirse de la máquina del vapor, con el mundo que ha creado desde que fue aplicada a la industria textil, la siderúrgica y el transporte. Por otra parte, hay hitos que representan conquistas fenomenales, como la llegada del hombre a la Luna. Entre estos, algunos cumplen una meta perseguida por muchas generaciones de muchas sociedades. Es el caso de la vacuna, que detuvo epidemias catastróficas, o la imprenta, que permitió difundir la palabra escrita.

Es usual que las sociedades tengan como objetivo el bienestar de toda su población. ¿Qué gobierno actual enunciaría que no está entre sus objetivos que la gente viva en condiciones saludables, con una buena calidad de vida, con vivienda, educación, trabajo? ¿Qué presidente, primer ministro, reina, declararía que le es indiferente acabar o no con la pobreza? ¿No es la pobreza el índice emblemático y básico del éxito de una sociedad?

Sin embargo, cuando el país más poblado del mundo cumple la meta de terminar con la indigencia en toda su descomunal población de casi 1.400 millones de personas, el tema no figura en el universo temático de las investigaciones académicas del campo de las ciencias sociales en los países latinoamericanos.

Los espacios académicos y científicos parecen estar sometidos a la agenda de las corporaciones mediáticas, que han silenciado el éxito de China en la lucha contra la pobreza en su sociedad. Ni un solo diario del mundo fuera de China, publicó en su tapa este tema, que da de lleno con la utopía.

Las razones del asombroso silencio ante la hazaña china se agrupan en dos núcleos. Por un lado, la confrontación entre China y Estados Unidos, la que se juega en diferentes escenarios, y uno de ellos es el simbólico. La campaña para desprestigiar la imagen de China es lo suficientemente feroz como para negar un logro que excede a China y alcanza por su dimensión a toda la Humanidad. Por otro, es posible que la premisa de que ningún gobierno quiere una sociedad con pobres es errónea. Para los sectores que están en el poder, el bienestar de toda la sociedad no sólo es indiferente, sino que posiblemente sea inconveniente.

Un comienzo del fenomenal logro de acabar con la pobreza extrema fue el establecimiento de la República Popular el 1º de octubre de 1949. En ese momento, la enorme mayoría de la población era miserable y analfabeta. Si bien a la muerte de Mao Zedong, en 1976, todavía la mayoría de los chinos sufrían carencias, la alfabetización había sido exitosa, la industria registraba avances y la reforma agraria había puesto los campos en las manos de los campesinos. Comparada con el país anterior a 1949, hecho de diferencias sociales naturalizadas en los siglos de las dinastías, China era completamente diferente. Aun siendo un país atrasado que se arrastraba en el subdesarrollo, China estaba lista para entrar en la propulsión económica de sus fuerzas productivas que tuvo lugar desde los años 1980 bajo la conducción de Deng Xiaoping.

Deng Xiaoping dejó establecido con claridad meridiana que la descomunal empresa en que se embarcaba China para un desarrollo fulminante y ciclópeo no se haría con el costo de generar pobres. Mientras los países centrales de Occidente festejaban que el capitalismo le hacía morder el polvo al comunismo en China, Deng Xiaoping enarbolaba dos banderas que en ese momento fueron ignoradas y hoy explican lo que ha pasado en ese país. Por un lado, no se abandonaba el socialismo, por otro, el socialismo no incluía en su plan la pobreza.

Cuando dejaba esto en claro, la tasa de pobreza de China rondaba el 84% (tomando el parámetro internacional del Banco Mundial de estándar de gasto de 1,9 dólares estadounidenses por persona por día). El éxito de la épica emprendida por el Pueblo chino con su líder Deng Xiaoping se expresaba en que la tasa de pobreza de China había bajado en 2015 al 0,7%.

Entre 1978 y 2017, el ingreso disponible per cápita de China aumentó hasta 24 veces; con el sistema de distribución de su socialismo, China convirtió ese incremento en la principal fuerza impulsora de la reducción a gran escala de la pobreza.

En los últimos cinco años, China logró el mayor progreso en la reducción de la pobreza de la historia. A finales de 2012, 98,99 millones de personas vivían por debajo del umbral de pobreza actual. A fines de 2017, la población total afectada por la pobreza era de 30,46 millones, y más de 66 millones de personas salieron de la pobreza durante cinco años.

Desde que el Gobierno comenzó a reconocer a los condados pobres en 1986, el número ha ido reduciéndose. En 2016, 28 condados afectados por la pobreza estuvieron entre el primer grupo en deshacerse de la pobreza, lo que marcó la primera disminución en el número total de condados pobres. En 2017, alrededor de 100 condados salieron de la pobreza.

Por otra parte, la educación y la atención sanitaria fueron desarrolladas en el mismo sentido, lo que a su vez se convirtió en un fuerte elemento promotor de la reducción de la pobreza. El promedio de años de educación para la edad laboral aumentó de menos de cinco años en 1981 a 10,5 años en 2017, mientras que la tasa bruta de matriculación en la educación superior aumentó del 3,4% en 1990 al 45,7% en 2017.

En el campo de la salud, la esperanza de vida per cápita pasó de 67,8 años en 1982 a 76,7 años en 2017.

En una de sus evaluaciones sobre este logro, que desborda China para convertirse en un hito de la Humanidad, Zhou Shaojie, subdirector del Instituto de Desarrollo Internacional y Gobernanza Global de la Universidad de Tsinghua, sostuvo que “el milagro de reducción de la pobreza de China refleja la superioridad institucional del camino socialista con características chinas, y su razón fundamental es el liderazgo del PCCh. Se puede esperar que, después de lograr la erradicación de la pobreza en 2020, China continúe construyendo una sociedad de prosperidad compartida y comparta la experiencia de China con el resto del mundo”.


“Socialismo significa eliminar la pobreza”


La proclamación de Deng Xiaoping sobre la pobreza tuvo la solidez de un cimiento que el proceso que seguiría utilizaría como plataforma.

Deng actualizó el ideario de la Revolución china, sosteniendo que para llegar al comunismo era necesario una China socialista que desarrollara sus fuerzas productivas. En los países donde se intentó el socialismo, se partió de una base de fuerzas productivas poco desarrolladas y de la pobreza. Deng afirmaba que sólo mediante el desarrollo económico las personas vivirían mejor y la pobreza será eliminada.

En una sesión del Consejo de Personas No Gubernamentales Sino-Japonesas, en 1984[1], Deng explicó que “hemos dicho que el socialismo es la etapa primaria del comunismo y que sólo en la etapa avanzada se aplicará el principio de ‘cada uno según su capacidad y de cada uno según sus necesidades’. Esto requiere fuerzas productivas altamente desarrolladas y una abrumadora abundancia de riqueza material”.

Para llegar a ello, “la tarea fundamental de la etapa socialista es desarrollar las fuerzas productivas. La superioridad del sistema socialista se demuestra, en el análisis final, por un desarrollo más rápido y mayor de esas fuerzas que bajo el sistema capitalista. A medida que se desarrollen, la vida material y cultural de las personas mejorará constantemente”.

Esa mejora implicará que no existan más pobres: “Socialismo significa eliminar la pobreza”, sentenció en la reunión, y agregó: “El pauperismo no es socialismo, mucho menos comunismo”.

Advirtiendo que la incorporación de elementos del capitalismo no implicaba que China se hubiera convertido en una sociedad capitalista, dijo que “el capitalismo solo podría enriquecer a menos del 10% de la población china. Nunca podría enriquecer al restante 90%. Pero si nos adherimos al socialismo y aplicamos el principio de reparto a cada uno según su trabajo, no habrá disparidades excesivas en la riqueza. En consecuencia, no se producirá polarización a medida que nuestras fuerzas productivas se desarrollen durante los próximos 20 a 30 años”.

Retrospectivamente lo que pareció la expresión de un anhelo, fue un programa. “El 80% de la población vive en zonas rurales y la estabilidad de China depende de la estabilidad de esas zonas. No importa cuán exitoso sea nuestro trabajo en las ciudades, no significará mucho sin una base estable en el campo. Por lo tanto, comenzamos por dinamizar la economía y adoptando allí una política abierta, a fin de poner en práctica la iniciativa del 80% de la población. Adoptamos esta política a fines de 1978 y, después de unos años, ha dado los resultados deseados”.

En el mismo sentido, Deng Xiaoping le dijo al primer ministro Lubomir Strougal de la República Socialista Checoslovaca: “Es cierto que estamos construyendo el socialismo, pero eso no significa que lo que hemos logrado hasta ahora esté a la altura del estándar socialista. Hasta mediados del próximo siglo, cuando hayamos alcanzado el nivel de los países moderadamente desarrollados, no podremos decir que realmente hemos construido el socialismo y declarar de manera convincente que es superior al capitalismo. Avanzamos hacia ese objetivo”.


La conducción del combate a la pobreza


Desde su creación hace un siglo, el Partido Comunista de China (PCCh) ha enunciado que la razón de su existencia es poner al Pueblo chino en primer lugar. Ha considerado el desarrollo y el alivio de la pobreza como una misión histórica y su principal responsabilidad.

Desde que China comenzó a desarrollarse velozmente en la década de 1980, el foco en la eliminación de la pobreza estuvo en los efectos de la distribución de la riqueza establecidas por el sistema socialista.

Los avances fueron formidables, pero se encontraron con una última etapa en que la lucha contra la pobreza se haría cuesta arriba. La sociedad en su conjunto subía su nivel de ingresos y mejoraba sus condiciones de vida por los beneficios sociales resultantes del desarrollo económico y la distribución equitativa propia del socialismo. Pero, ya en el siglo XXI aparecieron las áreas, mayormente zonas rurales, en que una trama de condiciones naturales, logísticas, sociales, culturales y otras, las hacían refractarias a las transformaciones necesarias para aliviar su pobreza.

A medida que esta realidad fue ganando entidad, el Gobierno decidió políticas específicas para esas zonas. Una vez identificados los condados más pobres, se aplicó sobre ellos medidas para el desarrollo industrial, la transferencia de empleo, la reubicación, la educación, la asistencia médica y los subsidios para quienes carecían de capacidad para trabajar.

Desde su XVIII Congreso Nacional del PCCh a finales de 2012, el Comité Central del PCCh incluyó el alivio de la pobreza en el “Plan Integrado de Cinco Esferas” y la “Estrategia integral de cuatro frentes”

El “Plan Integrado de Cinco Esferas” tuvo como meta promover el avance económico, político, cultural, social y ecológico coordinado.

La “Estrategia integral de cuatro frentes” se estructura en medidas integrales para terminar de construir una sociedad moderadamente próspera en todos los aspectos, profundizar la reforma, promover la gobernanza basada en la ley y fortalecer el autogobierno del PCCh.

En estas instancias, el alivio de la pobreza fue tratada como una tarea clave a alcanzar el objetivo de construir una sociedad moderadamente próspera en China antes del centenario de la fundación del PCCh.

El secretario general del Comité Central del PCCh durante el XVIII Congreso Nacional fue el actual presidente Xi Jinping, quien venía planteando muchos años antes de llegar a cargos tan altos, que erradicar la pobreza debía ser la tarea prioritaria del PCCh.

Los recursos del PCCh, su estructura, su experiencia, sus miembros y los aparatos del Estado que gobierna, fueron dispuestos para esta gesta histórica. Sobre la plataforma del desarrollo industrial a nivel nacional, el PCCh en el gobierno fue impulsando la creación de nuevos medios para la reducción de la pobreza, ya sea basadas en el turismo, la energía, el comercio electrónico o la reubicación de población. La devolución de tierras agrícolas a la silvicultura ha sido una táctica para mejorar el medio ambiente ecológico de las regiones pobres.

Se desplegó una fuerte inversión en la construcción de infraestructura y de servicios públicos para generar mejores condiciones para la producción y las condiciones de vida en las regiones pobres.

Por otra parte, se trabaja en la mejora de mecanismos de solidaridad y de capacidad organizativa y ejecutiva de las asociaciones de base rurales, especialmente a través de la capacidad de gobernanza y gestión de sus funcionarios de base.

El Gobierno llevó el combate a la pobreza del campo del anhelo político del PCCh a objetivos cuantificables, homologándolos con patrones internacionales, en el escenario de la economía. Así, cuando se anunció el fin de la pobreza extrema el año pasado, se informó taxativamente que ya no hay chinos que vivan con menos, de 1,70 dólares por día.

Además del aumento de la renta per cápita, estos objetivos incluyen garantizar de manera constante alimentos y vestidos suficientes, educación obligatoria, atención médica básica y seguridad habitacional.

Una de las medidas involucró el registro de todas las personas afectadas por la pobreza, trabajo que fue iniciado en 2014 por la Oficina de Desarrollo y Alivio de la Pobreza (LGOP) del Consejo de Estado. Cerca de 800.000 miembros del PCCh de varias provincias fueron enviados a los pueblos para hacer el censo.

El resultado es que fueron reconocidas 128.000 aldeas afectadas por la pobreza, lo que implicaba 29,48 millones de hogares pobres y 89,62 millones de personas empobrecidas.

El relevamiento le permitió al PCCh tener una imagen panorámica clara de la distribución y las causas de la pobreza y las necesidades puntuales de los diferentes enclaves.

Desde agosto de 2015 hasta junio de 2016, otros dos millones de militantes del PCCh se movilizaron nuevamente en todo el país para complemento la etapa anterior de registro, y los datos fueron ajustados.

Fue la primera vez en la historia de China que se tenía un registro de la población pobre. La información fue una base indispensable y de gran calidad para el diseño de las medidas para combatir la pobreza.

El Consejo de Estado incluyó el alivio de la pobreza en el XIII Plan Quinquenal (2016-2020), los órganos centrales y estatales publicaron 118 documentos de políticas o planes de implementación, y los gobiernos locales presentaron y mejoraron sus documentos sobre la materia.

Tales documentos y planes fueron ofreciendo soluciones específicas a una gran cantidad de problemas trascendentes, difíciles de resolver y de larga data.

En concomitancia, se establecieron mecanismos de rendición de cuentas, una vez que se establecieron con precisión las tareas del Gobierno central, las responsabilidades de los gobiernos provinciales y los proyectos que estaban a cargo de los gobiernos de las ciudades y los condados.

Entre 2016 y 2020, se llevó a cabo una evaluación anual, centrada principalmente en los efectos de reducción de la pobreza, la identificación precisa, la asistencia específica, el uso y la gestión de los fondos para el alivio de la pobreza y otros aspectos, para orientar los esfuerzos de alivio de la pobreza y garantizar la calidad del alivio de la pobreza.

Asimismo, el Gobierno fue delineando un sistema económico que garantizara la inversión de recursos financieros y humanos. En la medida en que se fue poniendo en funcionamiento desde 2016, los fondos especiales para el alivio de la pobreza asignados por los gobiernos central y local superaron los 100 mil millones de yuanes por primera vez —66,7 mil millones de yuanes del gobierno central, un aumento del 43.4% interanual y 49.3 mil millones de yuanes de los gobiernos locales, un aumento interanual del 56,1%.

Los gobiernos locales recibieron préstamos de la nación por 60.000 millones de yuanes para mejorar la producción y las condiciones de vida en las zonas afectadas por la pobreza.

Adicionalmente, las instituciones financieras incrementaron en general su apoyo a la mitigación de la pobreza, resultado de lo cual fue, por ejemplo, que se emitieron 72,6 mil millones de yuanes en bonos financieros especialmente para la relocalización de población. La proporción de hogares pobres con acceso a préstamos ha aumentado del 2% a fines de 2014 al 26,7% en 2018.

La asignación de funcionarios miembros del PCCh a las aldeas en donde se combatía la pobreza a brazo partido produjo una fuerte movilización interna dentro del PCCh. El partido decidió que hubiera un grupo de trabajo residente en cada aldea pobre, así como mandó que hubiera una persona a cargo de cada hogar pobre, con lo cual un total de 775.000 funcionarios miembros del PCCh fueron apostados en aldeas por un período de uno a tres años.

Estos miembros del partido debieron actuar como militantes políticos y como funcionarios, siguiendo las éticas tanto socialista como confuciana de dedicar su vida al bien del Pueblo.

Cerca de 188.000 funcionarios miembros del PCCh fueron destacados para servir como “primer secretario” en aldeas pobres y aldeas con organizaciones de base consideradas “débiles”. Todos fueron comprometidos a fortalecer las organizaciones del PCCh de base rural y a llevar a la gente a mejorar económicamente.

Los gobiernos locales han fortalecido la gestión, la supervisión y el examen de los funcionarios que llegaron de otros lugares, y algunas provincias han establecido un sistema de destitución que se enfoca en problemas como trabajar solo de nombre y negarse a estacionar en la aldea.

Otro de los sistemas implementados por el Gobierno fue el de participación social que tomó forma en una guía sobre las tareas y requisitos de la colaboración del Este del país con el Oeste. En un principio se establecieron 30 prefecturas autónomas habitadas por minorías étnicas pobres y las tareas de ayuda por parte de las ciudades de Beijing, Zhangjiakou, Chengde, Baoding y Tianjin. Inmediatamente se lanzaron campañas de asistencia por parte de 267 ciudades y distritos desarrollados del Este a 406 condados pobres en las regiones occidentales.

Unas 320 unidades dependientes del Gobierno Central han proporcionado asistencia a 592 condados pobres, y más de 2.000 aldeas pobres han recibido ayuda del ejército y la policía armada.

La Comisión de Administración y Supervisión de Activos de Propiedad del Estado del Consejo de Estado (SASAC) ha organizado empresas estatales de administración centralizada para que establecieran un fondo de inversión industrial para zonas pobres y ha implementado un programa de alivio de la pobreza que benefició a 10.000 aldeas en 100 condados.

La Federación de Industria y Comercio de China ha movilizado a 22.000 empresas privadas para que participen en una campaña con el tema "Alivio de la pobreza mediante 10.000 empresas en 10.000 aldeas".

El Consejo de Estado estableció el 17 de octubre como el Día de Alivio de la Pobreza de China y ha estipulado premios nacionales de alivio de la pobreza (premios por progreso, premios por contribuciones, premios por dedicación y premios a la innovación, para honrar los modelos de alivio de la pobreza al tiempo que aumenta la publicidad para ganar apoyo público).


[1] “Building a socialism with a specially Chinese character”, People’s Daily Online, June 30, 1984, http://en.people.cn/dengxp/vol3/text/c1220.html

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