POR Lic. Martín Armendano [1]
En la reunión por videoconferencia de Coordinadores Nacionales del Grupo Mercado Común del 24 de abril, los representantes argentinos decidieron poner un freno a las negociaciones para concretar acuerdos de libre comercio con Corea del Sur, Singapur, Líbano, Canadá y la India. Esta posición, respaldada por la Unión Industrial Argentina y la Confederación Nación de la Industria Brasileña, se sustentó en la incertidumbre internacional y la frágil situación económica interna.
No obstante, Argentina señaló que permanecerá en los acuerdos ya firmados con la Unión Europea y la EFTA, aunque aclaró que no participará en “debates estériles”,[2] haciendo alusión clara a los aspectos sensibles de los acuerdos, véase capítulo agrícola. En la misma reunión, la delegación argentina dejó en claro que tampoco iba a ser obstáculo para la concreción de estos acuerdos por parte del resto de los miembros del bloque.[3] Respecto del acuerdo con la Unión Europea, ya se vislumbró cierta flexibilización dentro del bloque en torno a que la puesta en vigencia del mismo no requiere la ratificación en los Congresos de los Estados Parte.
La última novedad al respecto tuvo lugar el jueves 30 de abril, posterior a la reunión de Coordinadores Nacionales del Mercosur. Mediante un comunicado de prensa, el gobierno argentino informó una retracción de su postura inicial de abandonar las negociaciones. Según el documento “los socios acordaron que el martes 5 de mayo se iniciará un intercambio de documentos para encontrar el mejor mecanismo que tenga en cuenta los intereses de cada país en las negociaciones externas, a sabiendas de que la mejor solución siempre será el resultado del acuerdo de todos los miembros”.[4]
Ahora bien, ¿Cuál es la causa de la reticencia argentina para acelerar estas negociaciones comerciales tal como pretenden Brasil, Uruguay y Paraguay? Antes del cambio de postura que derivó en el comunicado mencionado anteriormente, el canciller Felipe Solá había dado explicaciones a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado sobre la decisión de abandonar dichas negociaciones. Por detrás del argumento de fragilidad económica interna e incertidumbre internacional, la exposición del canciller Solá en el Senado dejó en claro el absoluto rechazo a la concreción de un tratado de libre comercio con Corea del Sur, al menos en los términos actuales, ya que sería completamente perjudicial para la industria nacional.[5]
Un posible acuerdo con Corea del Sur
Partiendo del hecho de que un tratado de libre comercio no es bueno o malo en sí mismo, sino que depende de las particularidades del modelo productivo-comercial de cada parte y los detalles del propio acuerdo, resulta relevante ahondar más sobre esta negociación.
El primer acercamiento entre las partes se dio en el año 2004, cuando se iniciaron las tratativas para negociar un acuerdo preferencial y llegar, en última instancia, a un acuerdo de libre comercio. En vistas de este objetivo, se creó un Grupo de Estudio Conjunto Común, con representantes técnicos de ambas partes.
El estudio de factibilidad emitido en el 2007, realizado a través del modelo de equilibrio general computable, expresó un crecimiento 0,02% y del 2,74% del PBI Mercosur en un escenario de reducción arancelaria del 50% y 100%, respectivamente. Sin embargo, al observar el impacto sobre nuestro país, el informe expuso como resultado una contracción económica de 0,01% con perjuicios principalmente sobre los productores de equipos eléctricos, indumentaria, vehículos y maquinaria. El volumen comercial intercambiado aumentaría en un bajo porcentaje, sumado a una reducción del 2% en las exportaciones argentinas al Mercosur por desvío comercial.[6]
Con el paso del tiempo, las negociaciones se enfriaron, viéndose reanudadas en los últimos años por iniciativa del gobierno de Macri, y luego del gobierno de Bolsonaro. Las posturas de Uruguay y Paraguay siempre fueron proclives a la concreción de nuevos acuerdos comerciales, pero sin el aval de los socios más fuertes del bloque sus iniciativas fueron superfluas.
En este nuevo contexto, resulta llamativa la no realización de un nuevo estudio de impacto, hecho que habitualmente precede a cualquier tratado de libre comercio. Trece años después del primer estudio de impacto, las estadísticas demuestran un desarrollo económico más profundo en el país asiático que en el Mercosur.
Catalogado como el país más innovador del mundo y siendo el primero en lanzar al mercado la tecnología 5G, Corea del Sur se ha consolidado como una economía pujante en términos de producción de manufacturas tecnológicas. A un comercio electrónico muy desarrollado se le debe sumar el fuerte respaldo de los últimos años a las PyMEs y Starts Up, un crecimiento promedio del 2/3% anual, un desempleo que no supera el 4% y una moneda muy fuerte.
¿Cuáles podrían ser los beneficios y perjuicios?
Respecto de los beneficios por obtener, los mismos son muy escasos y se concentran en algunos reconocimientos en indicaciones geográficas y un mejor acceso en productos agrícolas (carnes, lácteos y frutas) por la reducción arancelaria. Sin embargo, las ganancias se podrían ver suprimidas por la negativa coreana a introducir un capítulo en materia de medidas sanitarias/fitosanitarias. Esta es una medida prohibitiva en términos comerciales, incluso por encima de cualquier arancel considerando las altas exigencias del país asiático en términos de certificaciones para las importaciones agrícolas.
Otra de las cuestiones a considerar son los altos estándares solicitados en lo que refiere a propiedad intelectual, lo cual implica un desafío en el largo plazo ya que, al ser un aspecto no acordado dentro de la OMC, las exigencias acordadas deben extenderse al resto de los países por el principio de nación más favorecida.[7]
Considerando la asimetría existente entre las pequeñas y medianas empresas de la industria argentina en relación con su contraparte asiática, también hay que poner en debate las concesiones que pueden llegar a hacerse en torno a las demandas de los negociadores coreanos. En este aspecto, se pueden mencionar: la eliminación de preferencia para compras públicas, la posible eliminación de la tasa estadística y la no aplicación de aranceles al comercio electrónico.
A su vez, la insistencia del gobierno de Bolsonaro de avanzar en múltiples frentes supondría grandes complicaciones en torno a la imposibilidad de concretar las reuniones de forma presencial. Las mismas se deben realizar virtualmente, con traducción simultánea, lo que implica una exigencia de recursos humanos elevada que no se encuentra al alcance de los países del Mercosur, al menos a nivel de la contraparte coreana.
¿Una decisión acertada?
Llegado a este punto, es posible afirmar que, si en condiciones normales un acuerdo de este tipo es nocivo para Argentina, en la situación actual con estancamiento de las actividades productivas y con proyecciones de una caída anual de un 6,5%[8], las consecuencias serían mucho más profundas. No obstante, abandonar las mesas negociadoras no es la mejor alternativa para nuestro país y para el futuro de un Mercosur con signos de resquebrajamiento. La decisión de la representación argentina de retomar las negociaciones y abogar por una resolución conjunta emerge como la solución más sensata en un contexto internacional donde se ven recurrentes actos de insensatez e irracionalidad.
[1] Lic. en Relaciones Internacionales (USAL). Maestrando en Relaciones Comerciales Internacionales (UNTREF). [2] Comunicado de prensa de Cancillería-Argentina: https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/el-gobierno-argentino-y-el-mercosur [3] Comunicado de prensa de Cancillería-Paraguay: https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/el-gobierno-argentino-y-el-mercosur [4] Comunicado de prensa de Cancillería-Argentina: https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/mercosur-avanzara-conjuntamente-en-la-agenda-de-negociaciones-comerciales [5] Comunicado de prensa de Cancillería-Argentina: https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/sola-en-el-senado-queremos-preservar-el-mercosur-como-espacio-de-integracion [6] “Estudio de factibilidad de un Acuerdo de Libre Comercio Mercosur-Corea del Sur”. Disponible en: http://www.cei.gov.ar/userfiles/12%20Estudio%20de%20factibilidad%20de%20un%20alc%20mercosur%20corea.pdf [7] https://www.wto.org/spanish/thewto_s/whatis_s/tif_s/fact2_s.htm [8] Informe especial N° 2 COVID-19: “Dimensionar los efectos de COVID-19 para pensar en la reactivación”. (Cepal,2020)
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